EL SENTIDO Y LA MISIÓN DE LA FAMILIA

El mundo parece, en algunos casos, un desierto espiritual, con grandes zonas de escepticismo y de desánimo.Las dificultades, problemas, que hoy vive la humanidad; nuestra sociedad, en las crisis familiares, divorcios y familias incompletas es un hecho con el que nos enfrentamos todos los días.

Ahora bien, si son graves y numerosas las amenazas son también grandes las esperanzas. Si hay muchas sombras, se aprecia el rumbo positivo de tantos hogares, que a pesar de las dificultades externas e internas a su propia familia, han sido fieles a su vocación y a su misión. Familias que viven con plenitud el sacramento del matrimonio. Familias donde se dice un sí a Dios, al amor, a la vida, a la verdadera libertad y al respeto mutuo.

1-¿Cabe hablar de una misión de la familia?

2-O más bien cada familia tiene su misión, su identidad.

3-¿Hay algunos valores que están en la base de la identidad y misión de la familia?

4 ¿O estos valores pueden fácilmente cambiar sin perjuicio del desarrollo de la familia, de la sociedad y de la Iglesia?

5-¿De dónde proviene la tendencia hacia el matrimonio y la familia?,

En primer lugar podemos decir que el matrimonio o la familia no es simplemente una costumbre social, o una forma que impone la autoridad o un remedio para las debilidades humanas. La respuesta la encontramos en el mismo designio de Dios sobre el hombre: "Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza: Llamándolo a la existencia por amor, lo ha llamado al mismo tiempo al amor; (FC No. 11).

De aquí se desprenden varias consecuencias:*Que somos criaturas: Dios es el Creador y nosotros las criaturas. Dios tiene un plan sobre mí que soy criatura. Este plan, esta llamada personal que Dios me hace la inscribe en mi ser y por consiguiente la capacidad y la responsabilidad de amar y de comunicarme. El amor me viene de lo alto.

LAS TAREAS O COMETIDOS DE LA FAMILIA CRISTIANA

En el designio de Dios la familia no solo descubre su identidad como una "íntima comunidad de vida y amor", sino también su misión, su cometido que es el de custodiar, revelar y comunicar el amor de, Dios por la humanidad.Bajo esta luz unitaria hay que ver las cuatro tareas de la familia cristiana en las que se expresa su misión y vocación: Bajo el prisma del amor. Y en ese sentido cada una de esas tareas no es, sino la explicación de ese designio de Dios sobre la familia, y que consiste en esta llamada al amor. Como dice Juan Pablo II en la Familiaris Consortio: Familia "Sé" lo que eres.

Si la vocación, la misión de la familia, cómo ya hemos dicho, es la de custodiar, revelar y conservar el amor, será precisamente el amor, el principio interior, el motor, la fuerza que construya esta comunidad de personas.

 El amor va creando esa atmósfera de comunión y de espontánea libertad en la que se desarrolla armónicamente la personalidad humana de toda la familia: entre esposos, entre padres e hijos y demás familiares. Se forma un hogar propio, sin oler a leña de otro hogar, como dice la canción.

En cuanto a los valores: Los padres deben ser en primer lugar educadores de auténticos valores de la vida cristiana, que son los que forman el ser de sus hijos. No olviden que sus hijos muchas veces son el fiel reflejo de sus padres.Los hijos deben crecer en una justa valoración de los bienes materiales.

Adoptando un estilo de vida sencillo y austero.Y convencidos de que "El hombre vale más por lo que es que por lo que tiene". Que no digan de sus hijos: "son tan pobres, tan pobres que lo único que tienen es dinero".

Deben crecer con el sentido de la verdadera justicia y del verdadero amor, como servicio desinteresado a los demás, especialmente a los más pobres y necesitados.En cuanto a la sexualidad: Los padres, ante una cultura que banaliza la sexualidad, interpretándola y viviéndola de una manera reductiva y empobrecida, deben de proporcionarlos, por una parte, una educación sexual clara y delicada, y por otra, una valoración y estima de los principios morales como garantía para un crecimiento personal y responsable en la sexualidad humana.Su participación en el desarrollo de la sociedad.A través de la familia, aprendemos a relacionarnos con el mundo y con los demás. Aprendemos una moralidad imposible de obtener en otro lado. Nuevamente, la familia es la máxima invención social del hombre. Si buscamos alternativas falaces, encontraremos que hemos errado ingenuamente y en nuestro propio perjuicio.

Si la familia es la célula primera y vital de la sociedad, sería muy perjudicial que la familia se quedara convertida en un "Ghetto" sin proyección al exterior. El desinterés por la comunidad social y la inhibición ante los problemas que en ella se plantean (como por ejemplo la manipulación de la persona, de sus derechos fundamentales...) todo ello acabaría por destruir a la propia familia.

6. ¿Cuál es la misión de la familia?

7. ¿Cuál es la dignidad de la familia?

8. ¿Cuál es la fuerza que unifica a la familia?

9. ¿Cómo es el verdadero amor?

10. ¿Cómo se entiende el amor de los esposos desde una perspectiva cristiana?

11. ¿Cómo realiza la familia su misión?

La familia tiene la misión de revelar, custodiar y comunicar el amor. Ese amor es el reflejo del Amor de Dios a los hombres y del Amor de Cristo a su Iglesia. Sólo en un ambiente amoroso puede el hombre aprender a desplegar plenamente su personalidad y alcanzar la meta que Dios propone a todo hombre: la santidad. La familia es el medio querido por Dios para que los hombres colaboren ordenadamente en su decreto Creador y Salvador.

Por su misión, por su origen y por su naturaleza es muy grande la dignidad de la familia. En el plano meramente natural, por voluntad expresa de Dios, es el fundamento de la sociedad -y por eso merece especial solicitud por parte de la autoridad civil-. Pero además, es parte del fundamento de la Iglesia y uno de los medios querido por Dios para realizar su crecimiento.

La fuerza que unifica a la familia es el amor. El amor es mucho más que un sentimiento. Los sentimientos son pasajeros, y están relacionados con factores físicos, biológicos y emocionales que son cambiantes. El verdadero amor es estable, permanente y sacrificado. Es el amor lo que convierte la mera convivencia en vida familiar.

El verdadero amor abarca la totalidad de la persona: tiende a hacer a los esposos un solo corazón y una sola alma (Hch. 4,32); es fiel y exclusivo hasta la muerte; es fecundo, es abnegado. Es fruto de la caridad (cf. 1Cor 13). Y debe crecer continuamente.

Los esposos deben quererse con un amor que también sea sobrenatural: porque se ven como un don de Dios del uno para el otro y porque se reconocen mutuamente como hijas de Dios. De este modo también en el matrimonio se puede vivir el culmen de la perfección que es la caridad.

La familia realiza su misión principalmente en cuatro áreas: a) formando una comunidad de personas; b) estando al servicio de la vida; c) participando en el desarrollo de la sociedad; y, d) participando en la vida y misión de la Iglesia.